Las personas responsables de los departamentos de recursos humanos de las empresas tienen el reto de conseguir los mejores resultados para la empresa, pero teniendo en cuenta en todo momento que están tratando con personas. Cuantas más herramientas tengan en sus manos para conocer mejor a la plantilla, más cerca estarán de sus objetivos. Por eso, en las siguientes líneas queremos mostrarte cómo afectan los sesgos inconscientes en el trabajo.
¿Cómo afectan los sesgos inconscientes en el trabajo y en las empresas?
Antes de saber cómo afectan los sesgos inconscientes en el trabajo, queremos explicar que son suposiciones, creencias o actitudes que se están presentes en cada persona de forma inconsciente. No hay nadie que no tenga estos prejuicios no conscientes y se emplean como atajos mentales para asimilar la información de manera más rápida y según la mentalidad de cada persona.
Los sesgos se van desarrollando con el tiempo y están muy relacionados con las vivencias de cada persona. Ayudan a evaluar para bien o para mal todos los hechos. De ahí, que sean claves a la hora de gestionar los equipos en cualquier empresa.
Os proponemos el siguiente test para que puedas ponerte a prueba y conocer los sesgos inconscientes que afectan más en tu día a día.
¿Qué tipos de sesgos inconscientes en el trabajo te puedes encontrar?
Lo primero que debemos dejar claro es que existen infinidad de sesgos inconscientes, pero hay algunos que se dan con mayor frecuencia, son estos:
• Sesgos de afinidad. Seguro que has escuchado a alguien decir: Cómo se nota que es de mi generación. Es solo un ejemplo de la forma en la que se presenta el sesgo de afinidad, que se da cuando una persona tiene una procedencia, creencias o aficiones similares a las tuyas. Cuando esto ocurre, tu evaluación inconsciente de esta persona es más positiva.
• Sesgo de confirmación. ¿Cuántas veces dices esto ya lo sabía? Se llama también este sesgo profecía autocumplida y se da cuando al conocer un dato te encaja con la idea preconcebida que te habías formado. Por supuesto, las que no encajan no las atiendes.
• Sesgo efecto anclaje. En este caso, consiste en emitir un juicio por una información inicial o parcial que tienes de una persona y que te marca la manera en la que la verás durante mucho tiempo. Por ejemplo, cuando juzgas a alguien por su manera de vestir o de hablar.
• Sesgo de aversión a la pérdida. Se trata de la sensación que tienes cuando has invertido mucho a todos los niveles y te cuesta dejarlo. Por ejemplo, imagina que has organizado el trabajo de tu departamento de una forma concreta y has invertido mucho tiempo en hacerlo. Ahora notas que no está funcionando bien, pero no quieres perder el tiempo y los recursos que has invertido y te niegas a dejar este proyecto y cambiarlo por otro.
• Meta-sesgo. Es uno de los más difíciles de combatir, ya que se trata de la creencia de que uno mismo no tiene ninguna clase de sesgo o prejuicio. En otras palabras, ocurre al pensar que tú no caes en este error o que al menos lo haces menos que otras personas.
¿Cómo se puede luchar contra los sesgos inconscientes?
Lo más importante es que seas consciente de que tienes estos sesgos, así podrás luchar contra ellos. Es bueno que trabajes la empatía y la objetividad. Además, no te bases solo en tus propias opiniones, escucha también las de los demás y hazlo con una mente abierta.
Hay muchas cosas que son difíciles de cambiar, pocas que lo sean tanto como tu propia mentalidad. Sin embargo, ahora que ya sabes cómo afectan los sesgos inconscientes en el trabajo, intenta combatir estos prejuicios a la hora de dirigir tu departamento de recursos humanos.
